top of page

Marcos Mundstock: la ingeniosa voz del humor


Por Emilio Gola


A raíz de su enfermedad, se fue Marcos Mundstock, ícono del legendario grupo musical y humorístico Les Luthiers.


Hijo de inmigrantes polacos, nació en 1942 y creció entre el gusto por la ópera y las composiciones clásicas. Actuó y condujo programas en TV, y participó en películas como la recientemente estrenada El cuento de las comadrejas, de Juan José Campanella. Trabajó con Tato Bores, Roberto Fontanarrosa, Alenadro Dolina, entre otros artistas. En 2017, ganó el premio Princesa de Asturias en la categoría Comunicación y Humanidades.

“Quise ser abogado, ingeniero, aviador, cowboy, benefactor de la humanidad, tenor de ópera, Tarzán, amante latino, futbolista y otras cosas más”, contó alguna vez. Aunque comenzó a estudiar ingeniería, su pasión se inclinó hacia la locución, profesión que estudio en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER).


Sin embargo, su principal labor comenzó en 1965 con el grupo I Musicisti y continuó con Les Luthiers a partir de 1967. A partir de allí, estuvo más de 50 años sobre el escenario.


Se destacó por su voz grave y su combinación de formalidad y absurdo a través de ingeniosos y brillantes juegos de palabras, una marca de la casa que además utilizaba la semántica y pragmática para sorprender en momentos clave. En ocasiones no podía contener la risa, especialmente a raíz de su dúo con el otro integrante que falleció en 2015, Daniel Rabinovich. Además, forjó la leyenda del personaje Johann Sebastian Mastropiero.

Su último show fue en 2019, mientras que su última aparición pública fue en marzo de ese año con una ocurrente videoconferencia para el Congreso Internacional de la Lengua realizado en la ciudad de Córdoba.

En su comunicado oficial, Les Luthiers reconoció "su presencia sobre el escenario, con su carpeta roja y frente al micrófono, que cautivaba al público antes de decir una sola palabra”.


"Un buen chiste sigue siendo un buen chiste, aunque afuera la cosa esté muy fea o haya gente que la pase muy mal. Y es también un buen chiste en circunstancias normales. Yo no creo que el humorismo sea necesario porque los tiempos que corren son malos, creo que no ayuda mucho a la situación básica general. Cuando la gente la está pasando mal por distintas razones, no le cambia nada… Ni nosotros con nuestro humorismo vamos a denunciar nada que esté pasando en el mundo”, concluyó en una reciente entrevista con Infobae.

10 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comentários


bottom of page