Por Emilio Gola
Debemos recordar a Hugo Arana, actor nacional fallecido a sus 77 años a causa del coronavirus. Desde la TV al cine (más de 40 películas), pasando por el teatro, el intérprete nacido en Buenos Aires encarnó diversos personajes como El Groncho o Huguito Araña, y generó una entrañable conexión con distintas generaciones.
De comienzos muy humildes, y siempre con ese aspecto de buen tipo que sabía modular para adaptar a cada personaje, Arana es recordado especialmente por una publicidad de vino de los años 70. Su personaje, un hombre que se entera que va a ser padre (cuando en la vida real aún no lo era), le valió el reconocimiento del público y demostró su capacidad de interpretación sincera ante todo tipo de pantallas.
En los 70 fue justamente cuando empezó a hacerse un nombre en la industria audiovisual. Por ejemplo, participó en El santo de la espada (1970), La tregua (1974) y La vuelta de Martín Fierro (1974), a las que se sumaron más de 40 películas, entre las que figuran La historia oficial (1985), Made in Argentina (1987), Las puertitas del Sr. López (1988), El lado oscuro del corazón (1992) y El verso (1996). En los últimos años, actuó en Muerte en Buenos Aires (2014), Angelita, la doctora (2016) y Yanka y el espíritu del volcán (2018).
Leopoldo Torre Nilsson, Sergio Renán y Juan José Jusid fueron algunos de sus directores. Además, a lo largo de casi 50 años de carrera se lo vio en un sinfín de series y miniseries como Papá Corazón, La banda del Golden Rocket, Buenos vecinos, Resistiré, Mujeres asesinas, Los exitosos Pells, Para vestir santos, Los Sónicos, Viudas e hijos el Rock & Roll y La Leona, incluyendo la participación en varios episodios de Tato de América, programa del legendario comediante Tato Bores.
Los personajes de El Groncho y Huguito Araña aparecieron en los 80, en el marco de la serie de humor Matrimonios y algo más. El primero lo interpretó junto a Cristina del Valle, y el segundo nació en plena dictadura (al borde de la censura) y con la particularidad de realizar entrevistas improvisadas, siempre en un tono afeminado que parecía descolocar al invitado.
Pero, sobre todo, Arana dedicó un gran tiempo al teatro, campo en el que protagonizó obras clásicas como Baraka, El saludador, Cyrano de Bergerac, Filomena Marturano, La nona, Made in Lanús, y nuevas propuestas como Los tutores y Todas las Rayuelas. Además, recibió un premio revelación como mejor actor de teatro por The Homecoming, obra de Harold Pinter.
En cuanto a su vida personal, hay que destacar la relación con su esposa, la reconocida actriz Marzenka Nowak (1945-2011), cuyo padre había sido el líder de la resistencia polaca contra el régimen nazi. “Extraño a mi esposa”, expresó en una entrevista cuando le preguntaron si extrañaba la vida en pareja. Con ella tuvo un hijo, Juan Arana.
El comercial del vino no le cambió la vida porque, simplemente, él decidió que no cambiase. "El éxito no está afuera, no es el reconocimiento. Eso no está en mis manos. Yo busco subir un escalón y sentir que puedo transformar un escobillón en un caballo blanco y andar a caballo", afirmó en una ocasión.
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