Por Emilio Gola
La actriz británica Diana Rigg, famosa para distintas generaciones por sus papeles en series de los 60 y 2010, falleció a sus 82 años en Londres tras batallar contra un cáncer.
Nacida en Doncaster, ciudad de la parte central de Inglaterra, Rigg se formó en la Royal Academy of Dramatic Art de Londres y, luego, en la Royal Shakespeare Company y la National Theatre Company. Ya en la década del 60, Rigg se ganó un eterno lugar en el corazón del público internacional por su papel de Emma Peel en The avengers.
Es que, antes de que aquel nombre estuviera relacionado con superhéroes, todo giraba en derredor de dos agentes especiales del Reino Unido que resolvían casos muy particulares y combatían distintos tipos de villanos con tintes de comedia, fantasía y ciencia ficción. Los vengadores duró de 1961 a 1969, con Peel formando pareja con John Steed (encarnado por Patrick McNee, fallecido en 2015) de 1965 a 1968, convirtiéndose en su colega más duradera y simbólica.
La belleza, fortaleza y talento de una Rigg que rozaba los 30 años, junto a su vestuario vanguardista y la gran química con McNee, potenciaron la saga y la catapultaron a otros roles, como el de la única esposa conocida de James Bond en On Her Majesty’s Secret Service (1969).
50 años después volvió a ganarse un lugar a través de la saga de Game of Thrones, donde interpretó a Olenna Tyrell desde la tercera hasta la séptima temporada. Como lo había hecho en anteriores representaciones, no recurrió a ningún gesto de más para hacer realidad las manipulaciones políticas de la matriarca. Curiosamente, la intérprete reconoció que no entendía los guiones de la serie.
Sin embargo, obtuvo aun más reconocimiento a través de papeles clásicos en el teatro, que supo alternar de buena forma con su tiempo en pantalla. Así, estableció una carrera que continuó de forma ininterrumpida hasta entrada la década del 2010, del West End a Broadway y con títulos como King Lear, Macbeth, Twelfth Night, Who's Afraid of Virginia Woolf?, Todo sobre mi madre (adaptación del guion de Pedro Almodóvar) y Pygmalion, entre musicales y obras de Tom Stoppard y Noël Coward. Incluso actuó junto a Laurence Olivier en la producción de King Lear para TV en 1983.
Las condecoraciones resultaron tardías, pero llegaron: en los años 90, sus roles en teatro y en series de TV le valieron premios Emmy, Bafta y Olivier, y fue galardonada con la Órden del Imperio Británico en dos ocasiones. Asimismo, recibió doctorados honoris causa de parte de universidades de Inglaterra y Escocia. En 1994 obtuvo un Premio Tony tras su papel de Medea en la tragedia griega homónima (volvió a estar nominada en 2019), mientras que, por Juego de Tronos, ganó múltiples nominaciones a los Emmy.
Pero la experiencia de Rigg no se redujo solo a actuar, porque también tuvo una acción importante de cara a la situación de las mujeres en la industria audiovisual: estando en Los Vengadores, amenazó en varias ocasiones con renunciar a la serie por la escasa paga y el maltrato a manos de productores machistas. Asimismo, el mote de sex symbol la incomodaba.
En condición de adorado amigo, el propio McNee la ayudó a proseguir hasta llegar a la versión en color de la serie. Pero, en 2019, y en el marco de una entrevista con The Guardian, Rigg afirmó que ni él ni las mujeres la habían apoyado en sus reclamos y que la prensa la había visto como una "criatura mercenaria" en vez de alguien que "solo quería igualdad".
Otro aspecto de su vida fue el ida y vuelta que tuvo con la TV. En más de una ocasión, participó en las mismas obras de teatro de su carrera adaptadas a la pequeña pantalla (con igual o distinto rol); a la vez, cosechó infinidad de créditos en series y miniseries. Ocurrió igual con el cine, aunque en menor medida. En la gran pantalla, algunos de sus hitos fueron Julius Caesar (1970), Heidi (2005), The painted veil (2007) y Breathe (2017).
También se dio el gusto de aparecer junto a los Muppets en The Great Muppet Caper (1981) y de publicar el libro No Turn Unstoned en 1983, donde retrató las peores críticas o reseñas que sus colegas habían recibido a lo largo de sus trayectorias.
Rigg se casó dos veces. Rachael Stirling, hija del segundo matrimonio, también es actriz y estuvo en películas como The young Victoria (200) y Snow White and the Huntsman (2012), así como en la miniserie Tipping the Velvet (2002). Stirling pudo trabajar con su madre en un capítulo de la serie Doctor Who y en la miniserie In the Beginning.
La "vengadora" nunca dejó de expresar su amor por el teatro aunque, a fines de los 90, admitió: "Ser condenada a los clásicos es tan limitante como hacer series por el resto de tu vida".
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