Por Julián Haramboure
Netflix estrenó una producción que aspira a tener más de una nominación en los Óscar del próximo año. Se trata de The Trial of the Chicago 7 (El juicio de los siete de Chicago), escrita y dirigida por el experimentado guionista Aaron Sorkin.
Al igual que en su estreno como director en Molly´s Game (2017), Sorkin eligió un hecho real para su film, pero esta vez decidió ir más atrás en el tiempo. La película, como su nombre lo señala, recorre el juicio a siete acusados (en principio, ocho) de disturbios y de incitar a la violencia durante una manifestación antiguerra de Vietnam en 1968. En palabras del realizador, la cinta no busca ser un documental, sino que es un producto ficcional en donde no todo es 100% fiel a lo que ocurrió.
Comienza con una edición de archivo de la época que sirve para contextualizar el tenso momento que atravesaba Estados Unidos tanto a nivel social como político. La primera mitad del film cuenta con un notorio dinamismo y una prolija presentación de los personajes: el director muestra los perfiles de cada uno y deja en claro las diferencias que los acusados tenían entre sí. La acción se ubica desde el día uno del juicio, pero recurre a constantes flashbacks de lo ocurrido meses antes.
En ese primer tramo es valorable el modo en que la película utiliza el humor, ya que lo hace sin faltarle el respeto al difícil contexto de la época. Si bien por momentos aparece un tanto caricaturizada, la actuación de Sacha Baron Cohen como Abbie Hoffman (uno de los fundadores de los yippies, la otra cara de la moneda del movimiento hippie), ameniza la lógica tensión del tema y otorga esa cuota de risa.
Pero si de actuaciones se trata, sin dudas la más destacada es la Eddie Redmayne como Tom Hayden, por entonces presidente de Students for a Democratic Society (SDS). Más allá de que es una de esas películas en donde el hecho es lo más importante y no hay un único protagonista, el personaje de Redmayne es fundamental y su interpretación brinda equilibrio y enorme calidad a la propuesta.
La temática es compleja y no es sencilla de abordar en poco más de dos horas. En la segunda parte, la narrativa se aleja (con acierto) del tono humorístico pero su guion se vuelve más difuso. Hay detalles clave de los hechos que deberían estar mejor explicados. Se puede afirmar que El Juicio de los siete de Chicago va de mayor a menor, a pesar de que su escena final está lograda.
En líneas generales, el proyecto es más que correcto; de las últimas películas que salieron en estos años sobre sociopolítica estadounidense, es de las más convincentes y, en algún punto, universal, un punto a favor para que todos los espectadores puedan valorarla sin ser expertos en la temática.
🤩 Lo mejor: las actuaciones y el dinamismo de la primera hora del film.
😒 Lo peor: por momentos, la narrativa es un tanto desordenada. La ambientación podría ser aún mejor.
Valoración: Buena 👍
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