Por Emilio Gola
¿Qué tienen en común las películas Raging Bull, Taxi Driver, Alien, Back to the Future y Star Wars? La participación de dos estadounidenses profesionales de la estética que estamparon sus nombres en algunos de los conceptos más originales o renovadores del cine. Michael Chapman, director de fotografía, y Ron Cobb, artista conceptual, fallecieron con poco tiempo de diferencia a sus 84 y 83 años, respectivamente. El primero nació en Nueva York, el segundo en Los Angeles, California.
Sus edades delatan la pertenencia a la misma época de la gran pantalla, aquella que arrojó producciones tan arraigadas en el realismo y las declaraciones ideológicas como en la fantasía y la ciencia ficción.
Chapman, que murió de insuficiencia cardíaca, supo entender las miradas de directores como Martin Scorsese, Paul Schrader, Steven Spielberg y Hal Ashby y, al mismo tiempo, presentar otra manera de encarar las luces, sombras y ángulos de las escenas. Es especialmente recordada su iluminación y cámara en mano en Toro Salvaje (1980), a través del cual ganó el premio de la National Society of Film Critics a Mejor fotografía y fue nominado a un Óscar. Ese trabajo, en el que además acertó con la elección del blanco y negro, también le valió el apodo "el poeta de las veredas".
Tuvo otra nominación al máximo galardón del cine gracias a su labor en The Fugitive (1993). Y en 1975 obtuvo un nominación al Emmy por Death be not proud. Años después, en 2004, fue galardonado con un premio a la trayectoria por parte de la American Society of Cinematographers.
Antes de sus grandes éxitos, había sido operador de cámara en películas como The Landlord (1970), Klute (1971), The Godfather (1972) y Jaws (1975), y aprendido fotografía con las leyendas Gordon Willis y Bill Butler. Luego, continuó en films tan diversos como Dead men don't wear plaid (1982), The Lost Boys (1987), Ghostbusters II (1989), Kindergarten Cop (1990), Rising Sun (1993) y Space Jam (1996).
Además, volvió a trabajar con Scorsese en el film musical The Last Waltz (1978) y en el videoclip de 18 minutos Bad, de Michael Jackson. Incluso se dio el gusto de actuar en ocasiones y dirigir siete películas, entre las que se halla All the right moves (1983), con un joven -y ya ascendente- Tom Cruise.
Su último crédito fue el film de fantasía Bridge to Terabithia (2007). Se retiró para dedicarse a enseñar en la North Carolina School of the Arts. "El esplendor visual puede ser un error terrible. No debería ser hermoso, sino apropiado", afirmó en una entrevista con la revista Variety en 2016, tras recibir un premio a la trayectoria por parte del Festival Internacional de Cine del Arte de la Cinematografía "Camerimage".
Cobb, quien falleció tras sufrir un tipo de demencia, estuvo a punto de dirigir E.T. (1982) bajo su idea original -más oscura y ambiciosa- titulada Night Skies. Sin embargo, sus mejores contribuciones estuvieron en el diseño y la ilustración. Es que Cobb no solo aportó los elementos de la nave Nostromo y el templo de Alien (1979), sino también las primeras bases para el interior y exterior del famoso DeLorean de Volver al Futuro (1985).
Asimismo, tomó decisiones que hoy día son parte de la cultura pop, como el ácido en vez de sangre del xenomorpho, detalles que asentaron lo "casero" de la construcción de la máquina del tiempo del Doc y Marty, varias criaturas de la cantina de Star Wars (1977) y los decorados y armas de Conan the Barbarian (1982), punto de inflexión en las producciones del género fantástico. Directores como Ridley Scott, Robert Zemeckis y James Cameron utilizaron sus obras.
Antes de ello, ya había probado su destreza: sin conocimiento previo, consiguió su primer trabajo en Sleeping Beauty (1959), de Disney, donde realizó fotogramas de transición. Luego de servir en la Guerra de Vietnam, ayudó a diseñar la nave de la película de culto de John Carpenter, Dark Star (1974); y más tarde, trabajó en el arte de Close encounters of the Third Kind (1977), Raiders of the Lost Ark (1981), Aliens (1986), The Abyss (1989), True Lies (1994), Titan A.E. (2000) y la serie Firefly, entre otras.
Por otro lado, realizó comics de tono político en Los Angeles Free Press, uno de los primeros periódicos clandestinos, e incursionó en la industria del videojuego durante los 90 y 2000, incluyendo el popular título Borderlands (2009).
En los 80, escribió un episodio de la serie remake The Twilight Zone, mientras que algunos de sus últimos bocetos (sin crédito) fueron para los alienígenas de District 9 (2009) y la vida marciana y tecnología de John Carter (2012).
"Le sugería ángulos, ideas y formas de dirigir... 'Hagamos esto y eso, y podríamos filmar sobre el hombro y después un primer plano...'", mencionó Cobb sobre su relación con Spielberg en el marco de una nota con Los Angeles Times, en 1988. A pesar de que E.T nunca se convirtió en Night Skies, su aporte fue reconocido mediante una compensación económica.
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